El Arte de la Fragilidad

6 Oct

Como un pellizquito de dedos mojados y un brebaje de adrenalina ingerido inconscientemente, así se viene el siguiente post.

El Glosario perdido. Asunto de otra estela.

Auto engaño: Un arte total. Es escalofriante el tiempo que se puede invertir y la cantidad de mentiras que uno puede crear a perfección para el auto engaño con el fin de prever daños macro en la estructura de nuestra “estabilidad” mental. Desde los tabúes más rebuscados pasando por  leyendas urbanas hasta los más inmaculados clichés estallan en mentiras que, una a una, nos metemos directo en la boca. Y cómo las saboreamos!

Me favorece estar consiente de ciertos engaños a los que me he sometido y sin embargo, aún me encuentro totalmente desorientada. Como que olvide, más tarde, almacenar toda esa información en compartimientos desechables a posteriori.

El recuento (I)

Hay cosas que decir y hay que decirlas pronto. Mientras se vean más bonitas de lo que son y mientras contemplen algún tipo de amortiguamiento. De resto, caducamos.

Cinco meses y seis días. Una perfecta armonía de minutos y horas intercaladas y desordenadas. El orden del caos a lo Aronofsky. Algún mecanismo cerebral en la parte baja del cráneo hacia atrás se fue expandiendo silenciosamente de lunes a jueves y contrayéndose cada viernes ante el cúmulo de reverberantes conversaciones a base de calurosas aguardientes.  La conga de los sobrevivientes al cambio brutal del sistema. Al son de las brasas. La música nunca paró de sonar, jamás paró. La melodía cambió intermitentemente cada vez que debía acentuar algún quiebre en la dinámica. Muy buenos quiebres y hermosos paisajes para acompañar. El tráfico abrumante de sentimientos y experiencias acumuladas a lo largo de interminables años de adolescencia. No podría sentirme más aliviada de haber superado con un gran salto los menesteres de la vida antes de los 20, tan coloquialmente como les parezca. Hoy no hay una caminata mejor hacia el tonto y ameno lugar en donde me encuentro que aquel que inesperada y torpemente me llevo a ustedes y despertó la figura singular de verme encerrada en un mundo más pequeño y por ende más alcanzable. Nada más diminuto, desesperante y hermoso que 2010, en su propio envase. Me concedo la libertad de comenzar a deshacerme de expectativas y recontar piezas perdidas en este año justo cuando se abren las puertas de Octubre. No confió en la costumbre de esperar que diciembre arroje su tobo de líquido melancólico. El día es hoy.  Lo que ocurra en estos dos meses siguientes seguirá la línea inicial, con todo y sus encuentros inesperados. Me arriesgo.

La cuestión con los paisajes tiene todo un campo amplio de estudio que tal vez pueda llevarse a cabo y se me ocurre algún compañero de equipo plumífero para tal fin. En fin, todo un caso. Juegan al acompañante perfecto los paisajes y entornos de cada viernes y demás jornadas juntos. Como la guarnición inseparable de una estupenda e intimidante entrada. Pero nunca demasiado juntos. Esto atrae otro caso de estudio singular y honestamente escalofriante. Tal vez para otro año.

Entonces, una cantidad considerable de posts intensos (y tiempo libre que no tengo) han de engendrar lo que será la única forma de enumerar los agradecimientos y desprendimientos que debo (por deber real y total fundado desde ya) hacer saber. La libertad vale lo que vale. Ser frágil y delicada requiere cierta sumisión a otras condiciones. Asumo el papel y lo utilizo como excusa para ponerme realmente melodramática y comunicar mi desesperado y nada sexy intento por decirles que, en cantidades altamente noscivas, los quiero con locura.

Ahora, una cantidad también enorme y diabólica de bolas de queso mozzarella y tomates confitados que se encuentran justo frente a mí rememoran la risa disimulada de una Topa Rubia con tendencias al amotinamiento y rebelión y una ligera adicción por la salsa pesto.

Se viene otra expresión rebuscada: .. continuará.

Una respuesta to “El Arte de la Fragilidad”

  1. Topa octubre 7, 2010 a 4:36 pm #

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